domingo, 20 de octubre de 2013

Garkul y Rogrut Ezporek


Puesto que la semana pasada no publique por unos problemas técnicos esta semana os traigo una doble publicación, espero que la disfrutéis y disculpad la tardanza.

Dos pequeños fueron encontrados por un anciano ciego bajo una col en su huerto un día mientras regaba. El anciano decidió criarlos como suyo al creerlos abandonados. Poco a poco fueron creciendo y su conocimiento pareció estancarse. El anciano podía apreciar su voz ruda y extraña complexión a medida que avanzaba el tiempo. Finalmente descubrió que no eran humanos si no orcos. Al haber sido criados por este, no tenían consciencia de su condición y tenían calmada su ira de guerra. Aun así poseían la basta fuerza y la precaria inteligencia de un orco lo que los hacia potencialmente peligrosos. Llegado un momento decidió que era hora de que sus “pequeños” y queridos “hijos” marcharan. Estos incapaces de desempeñar ninguna ocupación, aunque quisieran jamás la conseguirían, la gente teme y odia a los orcos, decidieron hacerse mercenarios. Actualmente viven en una choza al lado del anciano y pasan sus tardes bebiendo hidromiel en la taberna El Dragón Blanco esperando a que alguien requiera de sus servicios.

                                                                                         
 



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